En un mundo cada vez más marcado por la tecnología, la eficiencia y la automatización de procesos, la atención en salud enfrenta el riesgo de deshumanizarse. Camillas llenas, pasillos fríos, profesionales agotados y pacientes invisibles son síntomas de un sistema que muchas veces ha olvidado su esencia: cuidar del ser humano en su fragilidad. La pandemia, las crisis económicas y la sobrecarga de los servicios han hecho aún más evidente esta urgencia de volver al centro: la persona que sufre.
Este libro propone un retorno a la raíz más profunda del cuidado: el amor compasivo. Y lo hace inspirándose en una parábola milenaria, conocida y poderosa: el Buen Samaritano (Lucas 10, 25-37). En este relato, Jesús no solo enseña quién es el prójimo, sino cómo debemos actuar ante el sufrimiento del otro. La parábola se convierte así en una guía para repensar todo el sistema de salud: sus actores, sus estructuras, sus relaciones y su espiritualidad.
La propuesta es multidisciplinaria. No se dirige únicamente a médicos o enfermeras, sino a todos los actores del sistema: administrativos, voluntarios, líderes comunitarios, agentes de pastoral, responsables institucionales, formadores, personal de limpieza y seguridad. Todos están implicados en el cuidado. Porque cuidar es un acto colectivo, que requiere competencias técnicas, pero también sensibilidad, ética, escucha y presencia.
Desde este enfoque, cada personaje de la parábola se transforma en símbolo de un actor o una dimensión del sistema de salud:
El herido representa a los pacientes y sus sufrimientos.
El sacerdote y el levita reflejan la indiferencia institucional y profesional.
El samaritano encarna el ideal de atención compasiva, sensible, ética y cercana.
La posada es el hospital o centro de salud, que debe ser casa y no solo estructura técnica.
El posadero representa a los equipos que continúan el cuidado con responsabilidad.
El dinero entregado remite al tema de la sostenibilidad con ética.
Jesús y el maestro de la ley nos recuerdan que la formación del corazón es tan importante como la de la mente.
En nuestro enfoque combinamos reflexión bíblica, análisis del sistema, propuestas formativas y actividades prácticas. Cada sección invita a un diálogo entre la fe, la ciencia, la bioética y la praxis, mostrando que no hay verdadera calidad sin calidez, ni técnica válida sin compasión.
Además, en consonancia con las enseñanzas de la Iglesia y las orientaciones de la Pastoral de la Salud, se busca promover una cultura del cuidado que integre espiritualidad, justicia social, participación comunitaria y transparencia institucional.
Queremos ser un instrumento de sensibilización y formación, pero sobre todo una llamada a la acción. Que cada lector, cada profesional, cada institución de salud pueda preguntarse: ¿de quién me hago prójimo hoy?
Porque, como dijo Jesús al final de la parábola: “Ve y haz tú lo mismo” (Lc 10,37). Jesus no pide un tratado teológico. No exige una tesis. No propone una teoría. Pide un gesto. Un cambio. Una acción. No basta con conocer al Samaritano: hay que serlo. No se trata solo de saber quién es el prójimo, sino de convertirse en prójimo.
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